Juega a otra velocidad el Bayern Munich. Y por eso, quizás, encuentra poco y nada de oposición en sus rivales de la Bundesliga. El último fue el Augsburgo, un equipo relativamente modesto, acostumbrado a pelear posiciones secundarias, que en su casa vio cómo el Munich lo derrotaba casi sin esforzarse.

Con una posesión de pelota abrumadora (80%-20%), tres volantes que no se equivocaron nunca (Alcántara, Alonso y Vidal) y dos jugadores que ganan partidos solos (Lewandowski y Robben), el Bayern se impuso por 1-3 y estiró su supremacía en la Bundesliga: es el líder absoluto del torneo con 23 puntos, sobre un total de 27 posibles.

Robben desbordó una y otra vez por la derecha, ante la impotencia de la defensa local, y así llegaron las ocasiones más claras. Y los goles, también. Primero Lewandowski, que recibió del holandés y definió de zurda casi desde el punto penal. Y luego el propio Robben, esta vez asistido por el polaco, que la empujó en el área chica. En dos minutos, entre el 19’ y el 21’ la visita prácticamente liquidó el partido.

De ahí en más, el Munich se dedicó a rotar la pelota, casi de manera incansable, mientras los 10 jugadores de campo del Augsburgo corrían detrás intentando algún tipo de reacción. Pero no llegó.

Recién nacido el segundo tiempo Lewandowski eludió al portero Hitz y puso el 3-0. Y pudo llegar el cuarto y tal vez el quinto: Hummels tuvo dos cabezazos en área chica que el meta despejó, Lewandowski estuvo cerca del hattrick y Lahm remató de afuera y la pelota rozó el vertical.

En cambio, llegó el descuento de los locales: el coreano Koo Ja-cheol superó a Neuer y le puso algo de honor a la derrota.